Vínculo afectivo
Tan fácil que fue el destete, tan poco que lloró Emma, tan poquita leche obstruida en mi pecho, y ahora, sin embargo, cuánto déficit de mimos tiene la fiera. A veces se abraza a mi fuerte, fuerte. A veces llora un poco, gimoteando. Y yo le digo: «¿Quieres llorar un poquito, mi vida?». Y ella me responde flojito: «Sí…». «Llora, mi vida, mamá está aquí». Y ella llora, y yo la abrazo. Y no pasa nada. Sigue siendo un bebé, sigue necesitando el contacto con mi piel, que la abrace fuerte e incluso ahora se duerme encima de mí. ¡Encima! Con lo que pesa, sí. ¡Puf! ¡Y con lo despegada que era antes! Pero antes tenía la teta, que no sabía hasta qué punto era su ancla, su calma y su isla desierta donde descansar. No me arrepiento lo más mínimo por haberla destetado, ¡con las ganas que tenía! Pero ahora veo más que antes que Emma sigue siendo mi bebé. Y eso me encanta. Dicen los entendidos que los bebés no tienen conciencia temporal y que las penas y tristezas pueden salir a la luz días o semanas, como es el caso, después del cambio. Como cuando empiezan en la escuela infantil felices como perdices y al de un mes, o más, lloran como si se acabara el mundo nada más coger el camino hacia la guardería. Nuestro mundo no es su mundo. Su mundo somos nosotros y no desean que su mundo se derrumbe.
En la imagen, una mamá abrazando a su bebé, vía Pinterest.
PD: Este tiene que ser el último post que escribo sobre el destete. ¡Qué cansancio!

Mis bombones serán siempre mis bebés, ¡mis princesas!
Quiero estar presente siempre que pueda para que los cambios que tengan que afrontar les cuesten menos.
Di que sí, bombón! Que para eso somos sus madres. Yo ya le he empezado a decir aquello de a mamá se lo puedes contar todo. ¿Demasiado pronto? Mhhh…. ¡Espero que funcione!
Un abrazo enorme!!!
¡Qué bien! Ahora podréis contruir otra relación. Es bonito y de gran fortaleza que la dejes llorar sobre ti aunque, ni ella misma sepa porqué. Una suerte…
Lo malo es que creo que ella sí sabe porqué… Porque cuando vio el otro día a una compañera unas semanas mayor que ella tomando teta le entró pena y dijo mirándola «qué suerte». Pufffff!!!! Se me hizo un nudo en la garganta… Un besazo enorme!!!
Yo estoy con la lactancia con mi hija pequeña…la mayor no…pero ambas son mis pequeñas princesas…y me encanta que sean mis hijas y a mi ser su madre…ay….que lloro…
cosicas de nuestra vida…
Si es que nos ponemos bobas enseguida, sólo de pensar en ellas. ¡Nuestras hijas son lo mejor de lo mejor! Un besito, Pilar!
Qué linda diciéndote que quería llorar!!!! Por diossss!!! No puedo dejar de sorprenderme cuando hay gente que prefiere perderse esto!!
Ya, es guay dejarles expresar sus sentimientos! Muy, muy guay!!!
Muassss!!!
Es tu blog y el de Emma…. habla de lo que te de la gana las veces que te de la gana!!!
Jeje! Gracias, guapetona!
Durante muuucho tiempo serán nuestros bebés, yo a mis niños les compro siempre y digo SIEMPRE tallas más pequeñas de las suyas, al principio no le encontraba sentido, me sentía boba al confundirme una y otra vez, a veces lo cambiaba y otras iban ajustaditos… Y con el tiempo he concluído que los veo pequeños, los siento así, aunque mi marido me advierta o mi madre: » no ves que eso es pequeño?» o » Tristán no entra ahí». Jaja, leyendo sobre el destete puedo aseguraros (en mi caso la lactancia fue de 9 meses con cada uno) que muchas veces la mamá necesita sentirse necesaria sin darse cuenta de que siempre será necesaria, por su calor maternal, su compresiòn y amor desmedido, con teta o sin ella!. Besos!!
¡Ay, Concha! ¡Pero que ternura me ha inspirado tu comentario! Y creo que no eres la única a la que le ocurre ese flashback con las tallas… Un besazo!
A mi me encanta que Markel se quede dormido abrazado a mí (aunque pese y se me duerman los brazos!) Markel busca mucho el contacto conmigo, después de la siesta en el sofá se acurruca en mi costado, se me tumba encima, pega su cara a la mía, me desgasta en nombre con sus «amatxuuuu»… y yo me aprovecho porque dentro de unos años no querrá nada conmigo, jajaja. Y le digo, quién es mi bebé? Y el se acurruca y me dice sonriendo: Markelete!
Babero please!! Jajaja. Muasssss a todas!!
Ja, ja, ja!!!!