Escapada a Cantabria
Durante los últimos dos meses, mi prima Andrea ha entrenado cuatro horas diarias de domingo a viernes. El pasado domingo, ella y sus cuatro compañeras recogieron el fruto de tanto esfuerzo en el Campeonato de España de Gimnasia Base, en el que obtuvieron el primer puesto que se disputaban los más de cincuenta grupos que salieron a competir en el Palacio de Deportes de Santander. ¡Son unas campeonas! La tensión y los nervios se alargaron durante cuatro horas y media interminables. El último conjunto que salió al tapiz obtuvo una puntuación de 15,700, ¡sólo 25 décimas menos que ellas! ¡No me lo podía creer! Las madres y padres de las chicas también suspiraron de alegría al saber que sus hijas, entrenadas por el Gimnasio Mabel de Benicarló, se habían llevado la medalla. El primer puesto. Debería deciros que todas ellas son maravillosas, y seguro que lo son, pero durante los dos minutos y medio que duró la coreografía, sólo tuve ojos para mi prima. Intentaba mirar el conjunto, pero no podía. Sólo a ella. Todos los grupos salían a pista con tres pelotas y dos cintas. Qué complicadas son las cintas, pero Andrea las manejo a la perfección. Me sentí muy, muy orgullosa de ella.
Para llegar a tiempo a la sede de la competición, pasamos la noche en la posada Carpe Diem de Liérganes, a 27 kilómetros de Santander. Este hotel rural es un encanto y sus dueños nos trataron fenomenal. En el salón tienen juegos para bebés y niños, por lo que pasamos un buen rato jugando después de dar una vuelta.
El centro histórico de Liérganes está declarado de interés histórico, ya que destaca por sus casa del siglo XVII y XVIII. Muchas de ellas tienen un gran jardín con árboles frutales y, en una de ellas, descubrimos un árbol de caquis. ¿Un caquitero? Emma iba encantada a mi espalda en la mochila portabebés.
En este pequeño pueblo tienen una sensibilidad especial hacia las familias, lo cual me encanta. A la hora de comer nos decantamos por el restaurante La Juguetería, decorado con colores vivos y decenas de juguetes. Incluso tiene una sala de juegos y, como debe ser, un baño con cambiador. ¡Bien por ellos!
La noche romántica no fue romántica, pero el día fue muy especial. La cama del hotel sólo ejerció su papel de cómodo lugar para dormir, aunque os puedo contar un secreto de alcoba: se nos cayó la niña. Le acababa de cambiar el pañal encima de la cama, fui a coger su anorak, se suponía que mi chico la controlaba, ella es más rápida que nosotros, así que se dio la vuelta protestando y, sin saber que se acercaba peligrosamente al abismo, se precipitó sobre la alfombra. Suerte de alfombra. Me pareció ver su caída a cámara lenta. Creo que desde que la vi acercarse al borde de la cama hasta que tocó suelo pasaron dos segundos. No podía llegar a tiempo para salvarla del accidente doméstico, así que mi mente de madre se preguntó qué podía hacer por ella y resolvió que, dado que no podía cogerla al vuelo, pondría las manos en la alfombra para amortiguar su cabeza. Juraría que así fue: me tiré casi en plancha al suelo y su cabeza cayó en mis manos. Por si fuera poco, cuando ya estaba en el suelo llorando desconsoladamente, no la cogí enseguida. Esperé un segundo, ¿quizá dos?, para comprobar su reacción. Arqueó la espalda, levantó la cabeza y rompió a llorar vigorosamente. Entonces suspiré aliviada y la abracé bien fuerte. Ya está. Ella estaba bien, pero tenía un susto tan grande como el mío y el de su padre. Tranquilamente la consolé, mientras mi chico contenía la respiración para que acto seguido no le enviara de vuelta a Bilbao andando. Son cosas que desgraciadamente pasan. Incluso antes de nacer Emma, ya me había hecho a la idea de que algún día se nos iba a caer. Aún así me sorprendió mucho las cosas que se pasaron por mi mente en tan poco tiempo y lo rápidamente que actué, ya que estaba más lejos de Emma que su padre. Pero una madre lo ve todo por el rabillo del ojo, ¿no?
En las imágenes, Andrea de espaldas y con las medallas colgando (al fondo sus compañeras), una casa de Líerganes, Emma y yo delante de un caquitero, el restaurante La Juguetería y su cuarto de juegos.

¡¡¡¡ENHORABUENA A TU PRIMA!!!! Me alegro que tanto esfuerzo haya dado sus frutos!!!! Bien por ella y sus compañeras!!!! Sobre la caída, bienvenida al club! Álvaro ya lleva dos caídas, una mía y otra de su padre y realmente se pasa mal, sensación de ser el peor cuidador del mundo, preocupación por cómo estará….pero son cosas que pasan! Qué tal la Marsupi para la espalda??? Necesitas a alguien que te ayude a ponerla, no??? Nosotros estamos intentando llevarle a la cadera, pero no encuentro muy bien la posición, alguna idea?? Si no, me compraré una bandolera y pista… Un beso enorme!!! Se te ve muy muy guapa!!!
¡Hola, Ana! Estás en lo cierto: necesitas a alguien tanto para colocar al bebé como para sacarlo. Ahora bien, creo que a la espalda tolero mejor el peso (unos once quilos). Nosotros no hemos intentado ponerla a la cadera porque es demasiado peso mal repartido sobre mi esqueleto o, al menos, así lo siento yo. He visto a mamás ponerse solas al bebé con la Manduca y la Ergo, pero ya no voy a comprar más portabebés, aunque mi chico insiste en comprar uno profesional para ir al monte. Y digo yo, ¡pero si no vamos nunca! ¡pero si acabaré cargando yo a la niña! Creo que esas mochilas están súper bien si tienes un niño de tamaño medio o pequeño. ¡Un besazo enorme!
Me sumo a las felicitaciones: ¡OEEEEE, OEEEEEEE, OEEEEEEEEEEEEEEE! Seguro que ha sido el colofón de un gran fin de semana!
Por cierto, me encanta La juguetería, Emma se lo tuvo que pasar genial.
Y la foto con Emma… sencillamente, preciosa!
¡Bien por tu prima!!! Qu’e buen finde, no? Las fotos son chul’isimas!!
Nosotros tenemos la profesional de monte (nos la regalaron nuestros amigos montañeros jejeje). La hemos usado ya unas cuantas veces, aunque tuvimos que esperar a que Álvaro tuviera 6 meses para usarla porque se tiene que sentar bien y demás….A él le gusta mucho,si no vais mucho es carilla. Además, pesa un montón! Le lleva siempre su padre, pero sí que pesa sí. Por aquí no se la hemos visto a mucha gente española, pero alemanes y holandeses, a patadas! Y les llevan con 3 años!!! Besos y gracias por la información!
Ese es el problema… ¡hasta los tres años! Es probable que Emma con tres años pese veinte quilos o un poco más, según la tabla de la pediatra. En Alemania hay un gran mercado de segunda mano, así que él pensaba mirarlo estas Navidades allí, porque nueva, ¡ni hablar! ¡Muchas gracias a ti también por la info!
Tú lo has dicho;una madre lo ve todo por el rabillo del ojo,es más, no hace falta ni que esté físicamente presente.
Enhorabuena a tu prima, y enhorabuena a ti, qué máquina, adelantarte al golpe y acolcharle la cabeza…Martina se me cayó una vez, ya te comenté, y no recuerdo bien el golpe, es como si hubiera estado en shock, pero se me vinieron un montón de imágenes de ella… menos mal que no fue grave, pero el susto….
Volviendo al tema mochilas, ayer celebramos el cumpleaños de Víctor (mi marido) y sabéis cual fue uno de sus regalos??? El portabebés de la bici!!! Ya tenemos el kit completo jajajajaaj
¡Pero qué bien! Nosotros ni siquiera tenemos bici apta para bebés (viviendo en Bilbao, lleno de cuestas, y tuviéndola que dejar en el portal, ni me lo planteo). Menudos planes más chulos que podréis hacer los tres juntos, ¡Qué envidia (sana) siento! Muaaa!
Soy la propietaria de La Jugueteria y quiero agradeceros vuestras palabras.Me alegro mucho que os llevaseis recuerdo tan agradable de Lierganes, de la posada y del restaurante.Un saludo y hasta pronto
¡Hola, Paz! ¡No hay de qué! Por cierto, ¿cómo has encontrado el blog? Espero que te guste y que no dejes de ofrecer unos platos tan suculentos como los que comimos, ¡que eso no lo había dicho! Jeje. Un abrazo.