Crianza
El verbo colechar se utiliza para definir la práctica de dormir con los hijos, bien sean bebés, bien sean más mayores. La criatura duerme directamente en la cama de los padres o tiene su propia cuna o colchón empotrado a ésta. Los defensores de la crianza natural (otro día hablaremos del término crianza natural) abogan por el colecho, ya que fomenta el apego entre el hijo y sus padres y le calma, al sentirlos y olerlos cerca. ¿Bonito, verdad? Antes de tener a Emma, el colecho me parecía una tontería. Ahora que la tengo, me parece precioso. Me encanta sentirla cerca de mi y controlar sus sueños y sus pesadillas, que alguna vez ha tenido. Sin embargo, la cruda realidad es que me levanto hecha polvo cuando dormimos juntas. Pensaba que mi cerebro se iba a acostumbrar y que poco a poco tendría menos tensión, pero sigo en alerta y, lo peor, con los brazos muy estirados por encima de su cabeza y doblados a la altura del codo. Tanto que el hombro y el codo que quedan a su lado me molestan bastante a la mañana siguiente. Si bien eso no es lo peor. La niña se despierta cada hora y media o cada dos, después de cada uno de sus ciclos de sueño. Si estoy a su lado, busca teta irremediablemente y si no le doy (si me pongo en huelga), se pasa diez minutos ronroneando y buscando en mi espalda. Incluso puede llegar a despertarse completamente, incluso después de haber tomado teta. Y ahí estoy vendida. Una vez más, no hay nada que la duerma, sólo quiere que le haga caso y jugar. Entonces no me queda más remedio que jugar con ella y esperar a que se canse un rato para volver a ofrecerle ñam-ñam o meterla en su cuna y que se entretenga sola hasta que se duerma (sin lágrimas). Esta última siempre es la opción más rápida y eficaz. La conclusión de nuestras noches colechando es sencilla: Emma duerme mucho mejor en su cuna, con despertares mucho menos intensos. Y a mi me duele menos el cuerpo, aunque me despierto a cada hora para escuchar el silencio de la noche o incluso arrimarme a su cuarto para comprobar que la fiera sigue dormida tranquilamente y que no pasa ni frío ni calor. Entonces, ¿por qué sigo cogiendo a Emma y trayéndola a nuestra cama? Muchas veces, para la toma de las cuatro o cinco de la madrugada (de momento, la única de toda la noche, ¡bien!) me la llevo con nosotros si estoy demasiado dormida como para darle sentada en una silla, ya que temo quedarme roque con ella en brazos. Otras, porque simplemente me encanta dormir juntas. Como bien decía una lectora, tengo Emmitis.
En la foto, la minicuna de Emma, en la que ya no cabe y que ha sido prestada a un bebé que todavía está en el horno.

Pues sí, un poco de Emmitis sí que tienes…;-))) pero una cosa que defiendo desde que soy madre, es que cada una hacemos lo que podemos…y que hay cosas que queremos cambiar, que nos cuestan, que nuestros actos pueden ser irracionales o contradictorios, pero es que no se puede ser una máquina de maternidad!! Se hace lo que se puede, y otra frase que tengo muy presente y que repito a la gente cuando critica a otros padres (cuando me critican a mí me resulta más violento) es que en el pecado llevan o llevamos la penitencia… no os parece que hay mucha manía de criticar a los padres, como si todo el mundo supiera lo que hay que hacer con un bebé menos sus propios padres??? cuando las consecuencias de esas acciones van a ser para los padres, no para las abuelas, tíos, amigos…. en fin, me he ido un poco del tema… Gessamí, llegará el momento en que dirás basta al colecho, porque Emma no quepa, porque no durmáis ninguna de las dos, por lo que sea… pero llegará cuando tú estés decidida y los problemas sean mayores que las ventajas… entre tanto, si vas a seguir haciéndolo, disfrútalo! Y cuando decidas sacarle de la cama, estate firme… mientras tanto, aprovecha…
Totalmente de acuerdo contigo, Izaskun!! Creo que lo que peor llevo de la maternidad es esta competición obsesiva que se origina por ser la madre del año, o por criticar cada cosa que uno hace….Y, sobretodo, la típica frase «y el tuyo a esta edad no hace «gugu»?? Uy, el mío hacía ya gugu y gaga»…PUFFFFFFFFFFFFFFFFFF. Yo, sinceramente, creo que lo que nosotros hacemos o dejamos de hacer no es tan importante para el desarrollo del niño (a lo mejor estoy diciendo una burrada, pero es lo que yo pienso..) Lo más importante es darle todo nuestro amor y que el niño se sienta querido, el resto ya irá saliendo…. Por cierto! Yo a veces aún colecho con mi madre jajaja
Fíjate que pensaba que era súper importante motivar y estimular a Emma intelectualmente… antes de tenerla en brazos y observar su evolución, claro. ¡Ay, la ignorancia! Creo que la estimulación será muy importante cuando ya esté más formada y no pueda aprender las cosas por si misma. De momento, es increíble cómo avanza sin apenas mi intervención, porque os juro que no le he puesto los pies en las manos y ya se los coge perfectamente. Mientras, otros niños hacen otras cosas y, la verdad, no me preocupa en absoluto. Como dice mi libro de cabecera, ningún niño se queda sin dientes, sin aprender a andar y sin hablar. Sólo que cada uno va a su ritmo (y de poco sirve empeñarse en acelerar la marcha). Así que, Ana, me parece que has dicho una gran verdad. Ah, por cierto, ¿todavía colechas? Pues seguro que tu madre es la mujer ¡más feliz del mundo! ¡Jeje!
Una vez más estoy de acuerdo con vosotras. Gessamí, no te apures si todavía no te ves preparada para dejar el colecho. En sí es un acto maravilloso. A quién no le gusta dormir con su pequeñin? Sentirlo cerquita y dejar que te toque la carita y tocársela tu a él o ella… Si es que es una gozada… Si bien es cierto que, como dice Izaskun, en el pecado llevamos la penitencia, y es verdad,por lo visto, que cuanto más tiempo se mantiene el colecho más cuesta luego dar el gran paso de dormir separados. Pero lo importante es tener claro por qué se hacen las cosas o por qué no y estar tranquilas con las decisiones que tomamos. Sean cuales sean. Yo a Aritz le metí conmigo en la cama sólo durante el primer mes porque tomaba mejor el pecho tumbado a mi lado y como le costaba mucho dormirse me parecía lo más cómodo. Despúes durmió en su minicuna en mi misma habitación. Ahora ya duerme en la suya, lo pasé mal las primeras noches. Lo veía tan pequeño… pero la realidad es que el estaba genial. Ya no se despierta durante la noche, desayuna sobre las 8 y después, como mi marido se levanta para ir a trabajar aprovecho que tengo más sitio en la cama y lo meto conmigo. Me encanta ese ratito, él enseguida vuelve a coger el sueño y yo encantada!!! Ultimamente, sin embargo, protesta un poco, y se queda más tranquilo cuando le devuelvo a su cuna!! Aaaains! Me ha salido independiente!!!
Cachís, Sarai! Si es que desde tan pequeños y ya quejándose de pasar rato con nosotras!!! Estos niños…;-)))
Yo al final sólo la tuve una semana en colecho, pero porque lo pasaba mal con lo de hacerla daño, taparla con el edredón y no dejarla respirar… no imagináis la de noches que, mucho más adelante, me he despertado diciendo «dónde está? dónde está?» Javi acojonado me decía «en el moisés» y yo «no, si estaba aquí, dónde está?» Javi me decía que ya le hacía hasta dudar y nos llegábamos a levantar a mirar el moisés… así que no he podido disfrutar de eso… Cuando ya dormía en su moisés, Javi me dijo varias veces para meterla y yo me negaba…. en cambio, cuando él se iba a trabajar a veces me la metía para que volviera a dormir y no anduviera despierta desde las 7 o así… menudos cabreos se pillaba el pobre!!!
No sois las primeras madres que colechan sólo cuando las parejas han abandonado el lecho. La verdad es que uno de los mayores miedos de compartir cama con el bebé es, precisamente, el padre del bebé. Cuando nosotras dormíamos juntas tranquilamente era porque estábamos solas… Ahora que vuelvo a dormir con mi chico, Emma solo colecha entre la pared y yo, por si acaso. Y aún así, duermo con el sueño muy, muy ligero y a cada vuelta de uno o de otra, me despierto. Por eso hemos tenido que dejar de compartir cama, al menos hasta las siete de la mañana o así, ¡como vosotras!
Jeje… Qué risas Izaskun!!!! Lo que me he reido imaginandoos a las tantas de la mañana buscando a la niña… Donde está, dónde está??? Pero te entiendo eh? A veces la falta de sueño te vuelve medio loco y si no se descansa bien es lo que pasa. Aritz hoy se ha vuelto a dormir conmigo en la cama, que llevaba unos dias de independiente el tio… jeje. Mañana tengo que ir a trabajar y dejarlo con mi madre toda la mañana.. bufff!!! A ver cómo lo llevamos!
Ánimo Sarai… tiene que ser duro volver, pero como decíamos, también hay vida además de nuestros hijos, y tu alegría al llegar a casa será tremenda…. Y la de Aritz, ni te cuento!!
Y nosotros, sí, somos de traca, para grabarnos…Cuando lo recordamos nos reímos un montón, así que no me extraña que te rieras Sarai, porque parece de película cómica!!!Javi siempre recuerda lo convencida que yo lo decía, y cómo él se empezaba a preocupar también…yo creo que además de la falta de sueño, es que a veces soñaba con que le estaba dando teta y me despertaba en ese momento, y claro, de repente la niña no estaba… no os creáis, de vez en cuando me sigue pasando! y mira que ha pasado tiempo…
Y lo del colecho, cuando Javi se enteraba, se enfadaba un poco, pero es lo que tú dices, una cama de 150 para una adulta y un bebé muy bien, pero para tres personas… y Javi, que duerme super profundo.. da miedo… menos mal que nos quedan los amaneceres….;-))))