Emma, el parque y algunos niños mayores
Voy a hacer una confesión: soy una respondona con los niños insufribles. Sí, considero que hay niños insufribles y ¡oh, la la! creo que tienen unos padres tiranos. Como Emma parece mayor de lo que es por su estatura, los mayores la tratan como a una niña más pequeña que ellos pero que ya habla y entiende. Por tanto, los insufribles consideran que pueden mandarla: «¡Apártate niña que te pego!», «¡No puedes subir por el tobogán!», «¡Tú vete ahí!», le dicen sin piedad en el parque. A mi se me hincha la vena, respiro profundamente una vez y les respondo cosas así: «La niña es un bebé y hay que decir las cosas sin mandar», «A mi hija no le manda nadie. Y mucho menos tú» (ups, aquél día salió lo peor de mi), «Mi hija va donde quiere y hasta donde yo la dejo. ¿Por qué quieres prohibirle ir ahí?». Consideradme una bruja, no andaréis desencaminadas, pero el parque es una selva y ahí afloran todos mis instintos animales. Presentada la situación, ahondemos ahora en las raíces. El poder es un caramelo que al ser humano le gusta saborear. Perdón, deglutir. Y cuando una persona es sometida aprovecha cualquier momento en el que escapa de su tirano para ejercer, a su vez, poder con otra persona. Mentiría si digo que siempre es así. Por ejemplo, no todos los niños con padres tiranos se convierten en niños tiranos. Hace años, para un reportaje sobre violencia y juventud, la responsable de la unidad psiquiátrica infantil del Hospital de Basurto de Bilbao me explicó que el 50% de los niños con padres maltratadores se convierten en maltratadores en la edad adulta. Como decía, el ser humano tiene una facilidad pasmosa para convertirse en verdugo a pesar de haber sido víctima. Aquí ya lo he dicho mil veces: Emma lo imita todo. Y aunque a veces le grito alto y con cara seria («¡cuidado!», «¡no vayas ahí, te vas a caer!»), cada vez tengo más claro que ni ahora ni en un futuro aprenderá de mi a mandar a los demás. Y vosotras, ¿ya os habéis enfrentado a esa desagradable situación de un niño desafiante mandando a vuestro bebé? Ya os digo que a Emma la toman como una niña de dos o tres años, quizá por eso ya estemos en esa fase… ¿Cómo habéis reaccionado? ¿Creéis que mis respuestas son desproporcionadas? He de reconocer que todavía no sé manejarme y que me han chocado bastante esas situaciones. ¡Agradeceré vuestras sugerencias!
En la imagen, una bonita foto antigua vía Pinterest de un niño pequeño imitando a dos adultos.

Hola Gessamí!
Soy Ana, la amatxu de Hegoi, nos recuerdas? Descubrí tu blog un día de nostalgia al acabar la guarde mirando su web y tengo que reconocer que estoy enganchada, me encanta, está genial.
Me alegro que la adaptación de Enma vaya tan bien, a Hegoi en la nueva guarde le está costando un poquito, tiene brazitis del verano ( los aitites, ejem! ).
A ver si estoy atenta y podemos ir a alguna de esas quedadas que haceis.
Por cierto, lo de que el parque es una selva totalmente de acuerdo. En nuestro caso el pitufo parece más pequeño de lo que es y aquí tampoco hay compasión, siempre hay algún gamberrete que le da un empujoncillo o no le deja pasar » porque no», y yo a veces también saco las uñas…
MUSUSSS!
Ana, ¡¡¡pero qué alegría!!! Te cojo la palabra, ¿eh? Además, este septiembre seguro que montamos una quedada y me cuentas qué tal en la nueva haurreskola. Un besazo gigante para ti y Hegoi!!!!!
Jejeje, yo ya me he encontrado con algún niño (sobre todo niñas) que le dicen, ‘no subas’ o ‘tú no’, yo les digo que el parque es de todos y que todos los niños pueden jugar o usar los columpios. Julen es algo más ‘brusco’, a una niña que le empujó y le hizo llorar le dijo que era mala y a otras dos en una zona infantil del aeropuerto de Mahón, les dijo que eran unas sosas porque no le dejaban jugar con unos cubos blanditos. A mí lo que me da rabia son los padres que están en la lejanía y se medio acercan para decirte, ‘pero no le habrá hecho llorar, ¿no?’ -Pues sí, le ha empujado.- Y ponen cara de póker para darse la vuelta como que no va con ellos…Argggg!!!
Hola Gessami! no se si te acuerdas de mi, soy la ama de Leire (de Pamplona) q una vez te comenté lo q sufríamos nosotras también con los dientes…. (ya vamos mejor, con 11 meses y medio, tiene 4 y el 5º en camino…)
El caso es q este verano en las vacaciones en un aparthotel de Peñiscola, nos pasó algo similar…. Yo me fijé en un niño de unos 3 años al que su hermano, de unos 8, maltrataba a su antojo (salpicandole «a saco» en la piscina, empujandole…) mientras la madre estaba en la tumbona pegada al móvil… Cuando el peque se cansó, se vino a la piscina de chapoteo y se puso delante de Leire, le empezó a quitar su regadera… y a salpicarle! Primero le dije con buen tono: no bonito, no salpiques q es pequeñita…. Después, ya más seria: no le salpiques, que es pequeña!!! (la madre justo detrás nuestra, seguro q lo estaba oyendo, pq grité como para q lo oyera…pero nada….) Y a la tercera ya fue: a ver niño, te quieres ir a jugar a otro sitio y dejar de salpicar a mi hija??? jajajaj no se si estuvo bien pero me fastidió mucho el hecho de que él no me hiciera caso y su madre…. a lo suyo! Sabes q respondió el nño? le salpico pq soy mayor…. Justo lo que había hecho su hermano mayor con él…..
Inés, tu anécdota ejemplifica exactamente lo que quería decir. ¡Has dado en el clavo!
Nuria, no sabes cómo me he tronchado con tu comentario (aunque ya sé que no es para tomárselo a broma), y es que no hay nada como la experiencia de una madre experimentada. Joé, y no había caído con el tema de las hormonas. Miedo me da…
Amaia, ¡me cuesta imaginarte en esa situación! Pero está claro que a todas se nos hinchan las narices (y los niños se dan cuenta y algunos tratan de llevarnos al límite de nuestra paciencia, quizá esa era una de esas niñas…).
Por cierto, me ha encantado leer vuestras experiencias porque me han dado cierta tranquilidad. ¡No soy la única que se exaspera con ciertos niños y ciertos padres/madres ausentes! Un besazo gigante!!!!
(Las que leáis ahora estos comentarios, no os cortéis en seguir explicando vuestras anécdotas, ¿eh? ¡Siempre son bienvenidas!)
Se que te ries sin mala intencion,ademas hay que tomarselo a broma algunas veces,!si no que vida mas mala!.Sobre las hormonas,ya te digo, como en las pelis !ten miedo,mucho miedo! vigila sus amistades y sobre todo a sus mamas,todas somos leonas con nuestros hijos,pero algunas no entienden bien el concepto y sus son hijos perfectos «y por encima de la ley».Hay que desdramatizar entre nosotras y lo mejor es contando nuestras vivencias ,asi con mucho humor.¿Sabes que por culpa de esa «guapita»mi hijo no se corta el pelo hasta que no parece un Jackson Five porque ella le dijo que estaba feo con el pelo corto?Besos desde Madrid(me pilla lejos a mi las quedadas pero las seguire desde aqui)
¡Vaya! Creo que esa guapita más que guapa es una dominatrix abominable. Siento mucho que tu hijo esté embelesado con ella, ¿qué tendrán los malotes y las malotas que molan tanto? La verdad es que no sé cómo estaría yo en tu situación… (¿me tiraría de los pelos? ¿le tiraría de los pelos a la monstruito? ¿quizá a su madre?). Cuando he escrito el comentario ya se me había olvidado la peor parte de tu anécdota («vienes a mi fiesta si le pegas a ese niño»). La leí justo después de que lo escribieras, pero no respondí al instante y hoy cuando lo he hecho lo había olvidado. Te pido disculpas porque eso no es para troncharse.
También aprovecho para decirte que admiro tu postura y que trates de desdramatizar al máximo. Ains, no sé qué será de mi cuando Emma llegue a esa edad y se enamore del chulito de la clase…
Un besazo gigante!!!
!Hola,que tal!Yo he comentado por aqui alguna vez,tengo un niño de 10 años y otro de 16 meses.Tengo una mala noticia,a medida que crecen es todo peor,pero se le suman las hormonas(si aunque parezca mentira cada vez les entra el «pavo»antes) y ya somos las chicas las que les controlamos,mi hijo ha llegado a meterse en un problema porque la «guapita de clase»le dijo que le invitaba a su cumple si pegaba a un niño mayor que se habia metido con ella,y de hablar con la madre nada,!como va a hacer su angelito eso! y eso se extiende a muchas mamas,luego te responden que sus niños son mas maduros,si seguro pero tambien unos pequeños caraduras, como ellas
Yo tengo una anecdota graciosa, que no supe llevarla bien. Os cuento. Un día de mucho calor en Santander, le puse a Ian una especie de peto verde y marrón, que era lo más fresquito que tenía. La verdad es que cada vez que le ponía eso la gente pensaba que era una niña. Pues ese día, en un parque, una niña de unos cuatro años que estaba jugando con Ian me preguntó: «¿Qué es niño o niña?». «Es un niño». La niña me miró con cara de sorprendida y me dijo: «¡Pues parece niña!!». Al cabo de un rato se nos volvió a acercar: «Estás segura de que es un niño? porque parece una niña…igual te has confundido». Yo ya un poco mosqueadilla le solté (fue horrible por mi parte!!): » Y tu que eres niño o niña? Porque pareces un niño!!». Y la niña con sus dos coletas: «¡Pues soy una niña!!». Y yo: «¿Como lo sabes?». «Porque me lo han dicho». Y le pregunté: ¿ Y no sabes la diferencia entre niños y niñas?. Y me dijo que no, que no sabía. Ahí pensé, bueno, ya es suficiente, me voy a callar, pobre niña.