Nacimiento
A las 4.15 horas del pasado 8 de marzo, un chorro indomable de líquido amniótico resbaló piernas abajo mientras trataba de dormir. Desperté a mi marido y le dije «trae una toalla, ya». Y él me respondió: «¿Basurto»?, que es el nombre del hospital al que fuimos. Serenamente le respondí que sí. «Hoy es el gran día». Sólo que no había contemplado ese comienzo… Apenas el 10% de las mujeres rompen aguas antes de ponerse de parto, así que durante el embarazo deseché esa posibilidad para mi misma. Al romper aguas y dar positivo en el virus del estreptococo, debíamos dirigirnos al hospital enseguida, a pesar de no estar de parto activo. Tenía contracciones frecuentes, pero muy, muy débiles. Las de la noche anterior mirando la tele habían sido mucho más fuertes, por ejemplo. Mi chico empezó a recoger un poco la casa algo nervioso. Mientras, le esperaba bastante tranquila. ¿Qué tendrán las hormonas? Sólo se me crisparon los nervios cuando el taxi no llegaba y en la centralita nos dijeron que había venido, nos había esperado cinco minutos y se había ido. Volvimos a pedir otro. Alrededor de las cinco de la madrugada, llegamos al hospital, donde enseguida me monitorizaron para controlar el latido del bebé y comprobar el ritmo de las contracciones. Me abrieron una vía en el brazo derecho (todavía amoratado) y me preguntaron qué clase de parto tenía en mente. Les dije que un parto natural, pero que sabía que rompiendo aguas tan pronto era difícil de conseguir y que ya me iría adaptando a la situación. A continuación llegó el primer tacto vaginal, que certificó que sólo tenía medio cuello uterino borrado y no estaba nada dilatada. La ginecóloga me advirtió: «En breve tenemos que empezar a inducir el parto». El parto inducido era uno de mis grandes temores durante el embarazo… «¿Y no se puede esperar un poco más?», le pregunté. «La verdad es que no». Luego la matrona me dijo que podríamos haber esperado un par de horas en casa y, con suerte, quizá me hubiera puesto de parto por mi misma, pero cuando llegas al hospital con la bolsa rota, apenas se espera para empezar a administrar la oxitocina.
A las siete de la mañana, ya en una habitación de dilatación, me suministraron oxitocina por vena. Las contracciones no tardaron en llegar. Y cada veinte minutos las matronas subían la dosis. Pasé más de tres horas dilatando sin epidural. Durante un cuarto de hora me quitaron la oxitocina (para ir al baño) y las contracciones sin hormonas eran muchísimo más asumibles (o débiles). En el siguiente tacto, ya había borrado el cuello del útero completamente y dilatado ¡tres centímetros! Estaba de parto activo y el proceso iba muy bien. Así que volvieron a preguntarme si quería la epidural. Lo valoré rápidamente: dudaba mucho que pudiera aguantar diez horas más con esos dolores tan intensos. Además, todavía no eran dolores descomunales, ya que sólo era el principio de la escalada… Les dije que me la pusieran y enseguida me pasaron a otra habitación, donde una anestesista muy maja hizo su trabajo sobre mi espalda. Impresiona un poco, la verdad. Y me daba miedo tener un catéter clavado en el espinazo. Ahora bien, ¡bendita droga! La anestesia hizo efecto en unos veinte o treinta minutos. Me quedé completamente grogui. Casi, casi dormida…
En la foto, sorteando las contracciones con una pelota de Pilates. Todavía sin epidural, pero aún fresca.

que CAMPIONA!!! me estaba ficant nerviossa sols de llegir-lo, ufff…quins records!
Me gusta mucho tu blog! Tu sinceridad y tu manera de escribir.
Felicidades por esa niña que tienes y ánimo con la recuperación.
Yo estoy a punto de tener a mi segundo hijo (en Alemania) y mi primer parto fue horroroso, eso sí, con el regalo de una niña sana y preciosa. Por si te sirve, te comento que lo que me ayudó a recuperar toda la zona de la episotomía y el desgarro fue la homeopatía. Y a ella acudí… después de un año con molestias como las que cuentas (si es que se les puede llamar molestias nada más).
¡Que disfrutes de tu niña y nos sigas contando!
¡Gracias por los piropos! Pero tengo curiosidad, ¿te acuerdas de qué tomaste exactamente? Igual me apunto… La homeopatía durante el parto creo que no me hizo efecto (normal, con tanta oxitocina), pero confío en ella.
Aquí en Alemania, como buena cuna de la homeopatía, hay muy buenos homeópatas. Yo ya me trataba con homeopatía en España y no dudo de sus efectos (lo veo con mi hija y hasta lo he visto con mi padre en circunstancias que los médicos tradionales no se podía explicar). Lo mejor es estar en manos de un buen homeópata, con quien te entiendas bien (yo siempre pienso que mi homeópata es, además de mi médico, mi psicóloga).
En general, para cicatrices van muy bien Staphisagria e Hipericum (este último cuando hay dolores que afectan también a los nervios, por ejemplo, cuando el dolor o la presión se extiende por la pierna). Yo los tomé en forma de glóbulos y de disoluciones, potencias Q.
Y después he tenido un tratamiento base (ya adaptado a mi persona) con Silicea. A ver este segundo parto cómo va… (esta vez llevo árnica para tomar enseguida).
Seguramente la próxima vez que escriba ya habrá pasado y espero contar una experiencia positiva!
Muchísimas gracias!!! Yo también llevé al hospital arnica y Staphisagria. Me tomé algunas bolitas, pero enseguida me descontrolé porque con la niña se me nubló el mundo y mis necesidades pasaron a un ultímisimo plano. Si hoy volviera a estar de posparto, no me olvidaría ni de una toma… El bote de arnica se lo está tomando ahora mi marido, que está fatal con una hernia horrible. Voy a preguntar en mi farmacia de confianza (que tienen una homeópata), a ver qué tal le podría ir el Hipericum. ¡Gracias otra vez! Espero que tu segundo parto sea maravilloso y que el bebé llegue sano y hermoso. ¡Ya nos contarás! Un besazo
Hola!!
Quería contarte que el sábado nació mi segundo hijo!
Me ha gustado mucho el contacto de los últimos días a través de tu blog. La maternidad es una experiencia tan básica que une incluso a través de una pantalla…
Esta vez el parto ha sido totalmente diferente… empezó con una complicación seria (desprendimiento de placenta) y acabó siendo un parto rápido, intenso, natural y precioso…!!!
Emocionante y gratificante! Nuestro pequeño Lucas es un cielo y apenas un día y medio después de su nacimiento estábamos en casa (lo que aquí es casi un parto ambulante).
La Vida no deja de sorprender!
¡¡¡Qué maravilla!!! Mi más sincera enhorabuena para ti y un besito enorme para el pequeño Lucas. Espero que te sientas como una campeona y que estés disfrutando al máximo con tu familia. Eso del desprendimiento de placenta no suena muy bien, pero me parece que nuestros cuerpos y el de de nuestros bebés están hechos para lidiar con varios de los contratiempos que se pueden producir en un parto. No obstante, si me pasara a mi, en ese momento creo que todo lo vería oscuro… ¡Menudo susto! Pero vamos a dejarlo todo en manos del refranero y recordar aquello de lo que mal empieza, ¡bien acaba!
Por cierto, te agradezco que te sientas unida a este blog y a esta mamá que te escribe, la verdad es que me hace mucha ilusión 🙂 Así que te hago una sugerencia, por si te apetece: los viernes intento publicar fotos de maternidades de las lectoras. Es decir, de las mamás que escriben los comentarios con sus hijos. Me gusta ponerles cara y, sobre todo, me encanta ver fotos de mamás con hijos, tienen un halo y un no sé qué que me chifla. En un post podrás ver a dos madres, y espero en breve publicar alguna otra foto más. Así que ya sabes, si te apetece presentarnos a tu pequeño y a su hermano mayor (que espero que se esté portando de lujo), no dudes en mandarme una foto al email. Y si te animas a contarnos tu parto con un poco más de detalle, ¡ni lo dudes! Estando embarazada, a mi me ayudó bastante leer el parto de otras mujeres. Bueno, lo dicho, enhorabuena y a disfrutar, ¡¡¡¡que te lo mereces!!!!
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