Emma y el elefante
Cuando a Emma le regalaron un elefante de peluche pensé: «¡Buf! ¡Otro peluche más!». Entonces tenía diez meses y un profundo pánico a los peluches. Algunos la sumían en un intenso y prolongado llanto, por lo que me afanaba en apartarlos de su vista. Pero los miedos y los gustos de los bebés cambian y evolucionan. Y es ahora, con dos años y dos meses, que Emma es una bebé-niña que está empezando a jugar con peluches y muñecas. ¡Le encantan! Estos juegos simbólicos, también llamados juegos de rol, son muy beneficiosos para el desarrollo del niño, ya que fomentan la creatividad y la empatía. ¡Todas las niñas y todos los niños deberían tener un peluche o una muñeca! Porque nuestros hijos pueden reproducir las actividades de su pequeño mundo a través de los muñecos: ponerlos a dormir, darles de comer, ponerles a hacer pis o cambiarles el pañal, bañarles, abrazarles, darles besos, etc. ¡Con lo reacia que fui a comprarle muñecas! No sólo los bebés cambian y evolucionan, 😉
En la imagen, Emma en la mesa a punto de cenar. Anoche por primera vez cogió al elefante, lo sentó a su lado, fue a buscar un plato para él, también un tenedor, y le puso una patata para cenar (que finalmente ella comió). Todo lo hizo a iniciativa propia, nosotros no dijimos ¡ni mú! Y nos pareció todo muy tierno.

Completamente de acuerdo. A Mario los Reyes le trajeron dos «hijos», un niño y una niña. Y de vez en cuando les pone a dormir, les arropa, les consuela, les pasea, les cuenta cosas o les da de comer. En general, hace con ellos todas las cosas que nos ve hacer a nosotros con él. Y como ahora les ve «bebés», más pequeños que él, ha ido cambiando el rol, que ahora es de padre total….. Como dices tú, sin indicaciones nuestras y muy tierno.