Juegos con bebés
Cuando Emma cumplió cinco meses, le ponía delante tres juguetes: dos viejos y uno nuevo. Invariablemente, escogía el nuevo. Hemos llegado a un punto, con siete meses y medio, en que sus viejos amigos han quedado relegados al cesto sin visos de salir de ahí. Ni Sophie la jirafa, ni las llaves, ni Héctor el conejo, ni la abeja Moin-moin, ni Marina la sirena. Nada, como si no existieran. Y he de decir que Emma es una experta en hacerse la loca. Cuando quiere, pasa completamente de ti. El disimulo no va con ella. Pero, ¿qué ocurre cuando se marca un objetivo? Se lanza de mis brazos hacia él. Se tira al vacío, si es necesario. Como ya tengo aprendido que luchar contra ella es una derrota segura, la dejo hacer. ¿Qué quieres volver a morder las toallitas? No hay problema. Evidentemente, siempre acaba topando con unos límites básicos: los pañales usados no se muerden, el suelo no se besa, con la pared no hacemos cocos, etc. Y poco más. Hoy no sé por qué tenía la boca azul… Ya se ha comido su primera hoja del parque, un poco de cartón del rollo de cocina, algo de papel de cocina y mucha, mucha suciedad. Ni me inmuto. Digamos que me considero una madre tranquila, aunque mi vecina podría opinar lo contrario, de tantas veces como me debe oír pronunciar (y gritar) el nombre de mi hija. Ahora atravesamos una fase en la que estamos descubriendo que la vida está llena de juguetes nuevos: la tapa de los potitos, las cucharas, las ramas de los árboles, las cortezas, las hojas (que ya no se pone a la boca), las bellotas, el colador metálico de té, una pinza de la ropa (que ya ha rota, Emma es como Hulk pero en pequeño), los mandos de la tele, el DVD, etc. Tengo una amiga que trabaja en una haurreskola (las guarderías públicas del País Vasco) y el otro día me explicó que en clase preparan cestas del tesoro. Es un juego muy sencillo que consiste en poner objetos cotidianos en una cesta para que el bebé vaya descubriéndolos a su ritmo, sacándolos él uno a uno. Me asegura que pueden pasarse veinte minutos con este juego. Conviene mezclar objetos de diferentes materiales, evitando el plástico, que ya lo conocen de maravilla, y que tengan diferentes texturas y temperaturas (el hierro de las llaves está más frío que la madera, por ejemplo). ¿No os parece una idea estupenda? La cesta que estoy preparando contiene un peine de madera de púas anchas, un móvil viejo, un juego de llaves. un colador, la tapa de un CD y un neceser pequeño con cremallera.
En la foto, Emma la pilla mordisqueando un paquete de toallitas hace tres semanas.

Qué buena idea!!!!! Me voy a poner a hacer una de esas cestas en cuanto llegue a Valladolid (esta semana la hemos pasado en Madrid). Lo que me da un poco de miedo es que se haga daño con alguno de los objetos que meta. Sé que los juguetes están diseñados para ellos, pero no los que yo meta….. Le estaré observando mientras juega! Por cierto, por qué no intercambiáis los juguetes que ya les aburren?? En la próxima reunión Babi Deli seguro que sería buena cosa, así se reutilizan y se entretienen. Besitos guapa!
¡Lo de intercambiar juguetes es una idea buenísima! También me lo comentó Paul el otro día.
Y lo de la cesta de los tesoros muy chulo tambien.
Sí, porque almacenar juguetes en casa porque sí…. ahora podremos, pero dentro de poco, qué va…
La cesta de los tesoros es bonito hasta el nombre….
El intercambio de juguetes me parece una idea estupenda. Amatxus de Vizcaya, ¡cuándo queráis! Acerca de la cesta, los objetos son realmente cotidianos. Tanto que jamás los hubiera elegido si no fuera porque mi amiga los utiliza en su haurreskola. ¿Una cartera vieja? ¿Y además de cuero? ¡Me parecía una locura! Pero ciertamente, a Emma le encanta mi cartera de piel. Así que…
Yo se lo vi hace un par de años a una amiga, su suegra también era maestra y tenía cadenas, pompones de lana, cucharas de madera…2 de cada, de diferentes tamaños…en su momento me pareció interesante. Además he encontrado esto para coger ideas para nuestras cajas de tesoros: http://www.bebesymas.com/juegos-y-juguetes/juegos-de-aprendizaje-la-caja-de-los-tesoros
En cuanto a lo del intercambio de juguetes me parece genial, aunque Markel como no ‘sabe’ jugar todavía no tiene muchos juguetes…pero me imagino que después de estas navidades tendremos todas para poner una juguetería…jajaja
¡Exacto! ¡En ese post aparece una cesta magnífica! Y madre mía… no quiero ni imaginar lo que será esta casa después de las Navidades… Un besazo, guapa!
Me encanta la idea de intercambiar juguetes!!!! Aritz también tiene un montón a los que ya casi ni mira!! Aunque es verdad que las Navidades están a la vuelta de la esquina y la casa se volverá a llenar de juguetes. A veces pienso que es mejor guardar algunos de los nuevos para poder sacárselos cuando se aburra de los viejos… En cuanto a la cesta de los tesoros, os animo a todas a probarlo, a los peques les encanta. Y os lanzo otra idea, yo a Aritz le guardo las latas de la leche en polvo cuando se nos acaba, las lavo bien y meto dentro cosas para que suenen…. Cualquier cosa vale, la echa a rodar y… Le encanta!!!! Las botellas de agua o refresco también sirven. Se pueden meter alubias, fideos o lo que sea y cerrarlas bien para que no puedan abrirlas. Aritz se entretiene un montón! Besotes.
El intercambio de juguetes es realmente muy buena idea. Tanto que creo que para la próxima quedada deberíamos llevarlo a cabo. Lo de las latas es una magnífica idea. Nosotros lo hemos hecho con botellas de agua, pero no molan tanto, ya que suenan menos. Así que, ¡me apunto la idea! ¡Un besazo!