Escuela infantil Dolaretxe de Bilbao
En la rutina de la guardería de Emma hay momentos de euforia colectiva en los que todos los bebés gritan o hacen cosas al unísono. ¡Es tremendo! ¿Sabéis por qué lo sé? Porque una mañana me colé en la escuela infantil Dolaretxe de Bilbao. Todo empezó cuando su director, Eder Zaldibar, me preguntó por la posibilidad de contratar un anuncio en este blog. Mhhh… Sagazmente le hice otra propuesta: «Oye Eder, ¿no te parece mejor un post patrocinado? Paso una mañana en la guardería y luego cuento lo que he visto». Él aceptó el reto y subí a Dolaratxe con la cámara al hombro. A pesar del inicial asombro de Emma (y de todos sus compañeros al verme sentada en el corro cantando sus canciones), la niña enseguida se olvidó de mi cuando sus educadoras empujaron la inmensa torre de las colchonetas de psicomotricidad al centro del aula. Parece ser (madres sensibles taparos los ojos) que cada mañana solicitan la colaboración de los niños para que les ayuden a derribarla. ¡Subidón total! Emma y sus compañeros empujaron y empujaron las colchonetas hasta que las tiraron al suelo* y luego saltaron sobre ellas, treparon, las escalaron y, finalmente, las movieron de un lado a otro por toda la clase. Fue mi momento preferido. Cuando la energía empezó a decaer, Natalia encendió el aparato de música y los niños empezaron a bailar como locos. A Emma le gusta coger a sus amigos de las manos y moverse juntos. ¡Es precioso! Y cuando se cansaron de la música, llegó el momento de salir al patio. Allí les esperaban los coches y andadores, las esferas del suelo y la caseta de madera. Resulta muy curioso verlos interactuar. Cada uno coge un juguete y empieza a dar vueltas por el patio, hasta que se cansa y lo cambia por otro. No paran ni un segundo, los prueban todos e intentan subirlos por las esferas y entrarlos en la caseta. Veinte minutos de patio y acaban derrotados. Es el momento del grito de guerra: «¡¡¡¡Apapa!!!!», exclaman las educadoras, lo cual significa «¡a comer!». Los niños se arremolinan impacientes en la puerta del patio para regresar a clase, sentarse en la mesa y llenar el buche. Y es aquí cuando me fui, antes de que Emma se echara la siesta y reclamara mi atención. ¿Qué más he descubierto? Ya sabía que Natalia es un sol y que hemos sido muy afortunados por tenerla como educadora. Pero apenas conocía a Maddalen porque nuestros horarios no coinciden y el descubrimiento ha sido genial: es tranquila, dulce y, lo más sorprendente, se ríe con los niños con la misma inocencia que tienen ellos. Es difícil de expresar con palabras, pero ahora entiendo porqué Emma la quiere tanto. Conocerla me ha proporcionado una paz inmensa y cuando les expliqué mi mañana a otras madres de la clase creo que sintieron una punzadita de envidia. Ya sabéis, escoges la guardería por la cercanía, las instalaciones y el feeling que te da, pero no puedes ver el día a día por un agujero imaginario ni cómo trabajan las educadoras en los momentos difíciles (peleas entre los niños, bebés que no quieren comer, etc.). Y las chicas de Dolaretxe son lo más: sensatas, cariñosas, tranquilas y alegres. Unas domadoras de fieras en las que confío plenamente, como ya sabéis por anteriores posts sin patrocinar. ¡Je, je! ¡Feliz fin de semana a todas!
En la imagen, Emma en la caseta del patio de la guardería Dolaretxe.
*Parece increíble, pero los bebés saben cómo esquivar la lluvia de colchonetas tal y cómo podéis ver en esta galería de fotos.

El curso pasado, Erik iba a una guardería del centro de Bilbao. Desde el principio se adaptó perfectamente- era muy chiquitín, el pobre- y cada mañana iba feliz y salía contento tras cinco horitas de juego y diversión… creo. Porque no lo sé. Las educadoras eran cariñosas y sé que Erik las quería mucho porque ya, de más mayorcito, se tiraba a sus brazos nada más llegar a la puerta o las miraba con una especie de sonrisa cómplice. Pero algo fallaba. Y es que llega un momento en el que eres consciente de que te estás convirtiendo en la típica madre pedorra con tanta pregunta «¿y qué tal Erik hoy?¿ Qué ha hecho?» y no recibir respuestas más allá de «ha dormido tanto y ha comido esto otro». «Si ya, eso ya me ha quedado clarito en el informe diario»…
Lo peor de todo esto, es que llegué a pensar que la educación infantil era esto. Mucho amor y mucho cariño. Lo demás llegará más tarde, en la escuela. Pues no. Por supuesto, que se puede- y se debe- hacer mucho más de los 0 a los 3 años. Es la mejor edad, de hecho. Los bebés aprenden a un ritmo vertiginoso y se pueden hacer muchas cosas para potenciar las habilidades de los peques a través del juego.
Estoy segura de que en Dolaretxe aprovechan mucho el tiempo que los enanos pasan allí. Lo sé, porque lo he visto. Erik cada día va más encantado, se lo pasa genial y yo no necesito preguntar nada. Confío plenamente en sus educadoras Natalia – la ex de Emma, jejej- y Laura que son super cariñosas y encantadoras, que te explican las cosas como son siempre con una sonrisa en la boca y sin necesidad de que tengas que preguntar nada. Una gozada, vamos. Que estamos encantadísimos con el cambio. Gracias Gessamí, por tus comentarios positivos y recomendaciones 🙂
Por cierto, me encantaría verle la cara a Erik cuando le dicen que tiene permiso para tirar abajo la torre de colchonetas, buaaaaa! Si es lo más!!!!
¿Y qué hay del lujo de patio que tenemos? Por favoooor, que no llueva mucho este invierno…jejeje
Las fotos, super bonitas, Gessamí, que sepas que yo también te he envidiado 🙂
Jis, jis!!! Lo peor de todo es que el pobre Eder no sé ha dado cuenta de que ha creado un monstruo porque en la próxima encuesta de la guardería voy a rellenar el apartado de sugerencias… Voy a sugerirle a ver si puede preparar unos días de puertas abiertas para los padres: por ejemplo el último día antes de las vacaciones de Navidades y de verano. Ya sé que es muy difícil que todos los padres puedan pasar por la guardería una vez al año, ya que la mayoría trabajan (tanto ellos como ellas), pero si alguno puede, es una gozada compartir dos horas con los bebés y descubrir cómo es su día a día sin nosotros. Y también es una estupenda manera de apreciar el trabajo que hacen las educadoras, a las que tanto les debemos.
Y sobre lo que comentas, ahora ya sabes que en Dolaretxe se lo curran mucho y que a los padres nos miman y eso da una tranquilidad inmensa (explicaciones detalladas de qué han hecho los niños, fotos, DVD, etc.).
Por cierto, quizá alguna se extrañe porque ahora Erik está con la ex educadora de Emma, Natalia. Resulta que el post lo tenía apalabrado para el inicio del curso escolar, pero fui a hacerlo justo antes de las vacaciones de agosto porque me daba miedo que Emma y sus compañeros no estuvieran adaptados si me presentaba a su clase a primeros de septiembre. Y la verdad es que creo que fue una decisión sensata, por si las moscas…
Buen finde a todas!!!!
Como ex-alumnos de Dolaretxe no tenemos más que elogios. Nuestro cambio de guarde este año ha sido por cercanía a casa, el año pasado volver a recogerle era una auténtica carrera de fondo todos los días, pero con una pena enorme porque Hegoi se quedaba encantado y yo me iba tranquilísima a trabajar.
El trato inmejorable, la información recibida idem, y las chicas una maravilla, profesionales y encantadoras. Yo con quien más relación por horarios tuve fue con Natalia y con Laura, a Maddalen no tuve la suerte de tratarla apenas pero me consta que es un cielo. Hoy es el día que si Hegoi las ve en alguna foto le cambia la carilla, yo creo que se emociona, y les da besos.
Que envidia haber pasado esas horas en la guarde viendo lo que hacen. Las fotos están genial, y Emma GUAPÍSIMA!
La verdad es que si nos quedara más cerca tenía muy claro que Martí empezaba en esta guarde este año. Ya le habías hecho muy buena publicidad en posts anteriores y la verdad, leyendo el de hoy me lo he vuelto a plantear!! Se supone que estan mejor en casa pero a mí me da penita que Martí se pierda la oportunidad de pasarlo bien con otros niños…. En Barcelona 15 minutos sería al lado de casa, pero en Bilbao es cruzar toda la ciudad!! Aishhhhh!!!
Hola chicas!!!soy Natalia y voy a animarme a escribir porque creo que, al igual que vosotras habeis valorado de forma muy positiva mi relación con los peques y con las familias, debo decir que es facil trabajar y ser como somos cuando nos encontramos con gente como vosotros, con familias que colaborais siempre que asì os lo pedimos, que aceptais con humor y simpatìa las cosas » no tan buenas» del día a día en el aula, y que acogeis con alegrìa y entusiasmo cada iniciativa del centro.
Es de agradecer la confianza que depositais en nosotras, porque eso facilita muchisimo la comunicaciòn entre tod@s, haciendo las cosas mucho mas fàciles.
Que sepais, que para nosotras cada niño es especial, cada uno tiene » algo» que le hace diferente, y que cuando llega el momento de separarnos, nos cuesta tanto ò màs que a ellos. Son tantas horas juntos…!!!ellos nos cabrean, y ellos mismos son los que nos dan las alegrìas que hacen que se nos pase el cabreo.
Ana!!!que tal el pitufo dormilòn de Hegoi en la ikas?? con lo bichito que es..seguro que està encantado!!!ya sabes que nos debeis una visita!!!Se os echa de menos.
La verdad que el año pasado fui afortunada con la clase que tuve, tanto por los niños como por vosotros. Monica!!pero este año tambien, eh???jajaja, Erik promete!!!
Gessamì!!!muchas gracias por tu apoyo, y me alegro que estuvieses tan agusto viendo a las fieras en acciòn, fuiste la envidia de todos los aitas!!!
Nos vemos!!!
¡Que emoción leer este post, leeros a vosotras y a Natalia!! Porque nosotros, a pesar de que Ian llora todas las mañanas cuando le deja Paul (es que tiene papitis, ), estamos tan contentos!!!!!
Hola a todas!
Qué razón tenía Natalia! Ahora que somos compañeras codo con codo, no hacia más que decirme a ver si había leído el blog de Gessamí, que estaba muy bien. Y la verdad es que no le falta razón, estoy pegada al ordenador desde hace un buen rato. Gessamí, estás haciendo un trabajo estupendo.
Los comentarios de Dolaretxe, la verdad, que da gusto leerlos, a todas las que trabajamos allí nos encanta nuestro trabajo pero siendo sincera, hay momentos duros ( como en todos los trabajos) y saber que hay madres y padres que valoran tan positivamente nuestro trabajo nos da mucha fuerza y ánimo para seguir adelante. Es un trabajo muy gratificante y en el que recibimos mucho cariño de los pequeñajos. Cuando tenemos un mal día y viene un niño y te da un abrazo o un beso, se te pasa todo. Emma está encantada en su nueva clase y seguro que Ian enseguida también entra muy contento, es normal que entre llorando, es mejor irse con aita al parque, verdad Ian? jajaja. Erik también entra llorando pero se le pasa en nada, luego está fenomenal.Erik tiene una carita dulce que me encanta, yo le achucho como a un osito! Pobre Erik!
Suerte Hegoi en tu nuevo cole, si te veo por Etxebarri ya me contarás!
Saludos a todas!
¡¡¡Qué envidia!!!¡¡ Gessamí, suertuda!! A mi me encantaría ver por un agujerito a mi polluelo, el pobre sigue llorando cuando le dejamos en la haurreskola y cuando vamos a recogerle. El caso es que se le pasa enseguida, pero como es tan timidín y ha empezado más tarde la adaptación, todavía no interactúa con los niños, les mira cómo juegan, como si quisiera ir con ellos, pero no se atreve, ¡me da una penita! Pero confío en sus andereños, parecen muy cariñosas.
¡Besitos!
Hola a todas! soy la abuela de Emma y quiero deciros que este verano, durante el mes de julio, estuvimos 15 dias de vacaciones en Bilbao, nuestro objetivo es pasar el máximo tiempo posible con Emma, disfrutar de ella al máximo ,ya que no podemos verla y mimarla todo lo que quisieramos, la distancia manda. A lo que iba, Gessamí nos concedio el privilegio de llevar y recoger a Emma de la guarde todos los dias , nos pareció maravillosa, con que cariño atendían a los peques, la disciplina que impartían, con la dosis justa de firmeza y cariño, la atención y amabilidad con que nos atendieron tanto el director como Natalia y su compañera (no recuerdo el nombre, lo siento). Nos hicieron sentir como si formáramos parte de ese pequeño mundo. Y sobre todo comprobar como Emma iba encantada, entraba a su clase contentisima, y inmediatamente se ponía a bailar, se la veia encantada y feliz, (es que nos dejaban espiar un momento por la ventanita de la puerta) contentisima de reencontrarse con sus amiguitos, y los otros bebes, igual, felices y contentos. Y la recogida, buenísima tambien, los bebes felices de rencontrarse con sus papis, pero sin lloros ni rabietas. Que buena elección Gessamí!
Fueron los momentos mas entrañables de las vacaciones, uy! mi pequeña Emma, cuanto te echamos de menos!. (a tu, Gessamí també, sempre sereu les nostres ninetes). Ah! Mónica y gracias a ti tambien por la parte que te toca, no podíamos estar mejor instalados.
Besos a todas.
¡Hola!
¡Qué ilusión leeros a todas! Amigas, compañeras, educadoras, mamá…
Me han emocionado mucho vuestros comentarios. La verdad es que este post ha dado mucho de si, ya que me han llegado algunos emails completamente inesperados (y muy positivos) que darán pie a otro post. Y es que dejar a tu bebé en manos de otra persona da mucho que hablar, ¿verdad?
Hoy sigo sin mucho tiempo para escribir, pero mañana prometo un post sobre terceras personas y modales. ¡Ups!
Un besote gigante a todas!!!!