La personalidad del bebé
Tengo una amiga que me reconforta diciéndome que debería estar contenta de que Emma se siente lo suficientemente segura de si misma como para demostrar en público su personalidad. Este es un razonamiento optimista que valoro mucho, de otra madre primeriza con un bebé algo mayor que el mío, pero que de poco me sirve cuando en la cola del supermercado la niña empieza a gritar como una energúmena. Qué potencia. Qué chorro de voz. Y con solo ocho meses. Al de unas semanas de nacer, mi marido no dejaba de repetir: «Esto no es un bebé normal, apenas llora. ¡Qué suerte tenemos!». Game over. La niña sabe llorar perfectamente y, es más, ya sabe cuándo debe hacerlo para obtener lo que desea, a lo cual podría añadir: está empezando a retarme. Emma tiene permiso para sacar los libros de la librería, que luego recolocamos juntas. Pero tiene terminantemente prohibido comérselos y romperlos. El otro día estaba sacando uno y me miraba de reojo esperando a que la riñera. Se lo acercaba a la boca, se lo sacaba, me miraba y, como veía que no le decía nada, volvía a empezar. Hasta que salté: «Emma, el libro no se come». ¿Qué hizo ella? Responder con una risilla nerviosa de «uy, uy, uy, me has pillado». ¿Será posible? Todos estos comportamientos, que llevan manifestándose desde hace una semana, siempre terminan con una pregunta retumbando en mi cabeza: ¿Que será de mi cuando ella tenga dos años? Por cierto, los dos años es la temida edad de las rabietas.
En la imagen, la única foto que tengo de Emma llorando, después de una caída el pasado septiembre.

Gessamí, no desesperes! Los niños son imprevisibles y yo tengo varios conocidos que siempre me cuentan que sus hermanos eran nerviosísimos y ellos tranquilísimos y que a los dos años se cambiaron los papeles…. Así que paciencia y ya verás como mañana ves las cosas de otro color! Ah! Y tienes una hija guapísima hasta cuando llora!
Hoolaa!! He estado un tiempo sin tener acceso a internet y te tengo que decir que he echado mucho de menos ojear tu blog, lo cual hacía casi a diario cuando por fi había amansado a la fierecilla a eso de las 20:00 más o menos. La verdad es que puedes estar orgullosa porque por lo menos aquí tienes una mami primeriza a la que le hace mucho bien compartir tus vivencias y observaciones del día a día; me siento identificada con tus puntos de vista y también con el humor con que tratas las cosas, porque con estos piojos es lo que nos hace falta, muuuucho humor. Mira, sobre esto de la personalidad de los pequeños yo ando también bastante mosca, mi quequeño Antón es un «ser» del todo pasional, como a mí me gusta definirlo, ya que cuando ríe lo hace con mucha energía y sentimiento, pero claro, igual hace cuando llora y se enfada… madre mía, a veces me parece escuchar la musiquilla de psicosis por detrás y todo… juas juas! yo soy una persona que valora la tranquilidad por encima de todo, y durante el embarazo en mi fuero interno soñaba con un nenín bueno y tranquilo, de esos que solo lloran cuando tienen hambre, frío, caquina etc… osea, de esos tan guays, pero aja! resulta que el Antón es una personilla mucho más compleja que todo eso y nos está mostrando todo un caracter. Yo poco a poco voy entendiendo lo maravilloso de la situación, pero a veces, cuando el cansancio pesa, desearía un bebe apapostiao de esos tan monos. Un besín!
Gracias, ¡chicas! Emma es lo más, a qué engañarnos. Espe, qué gracia cuando dices que valoras por encima de todo la tranquilidad… Ahora todavía más, ¿no? Yo soy fan del silencio… del que casi no me acuerdo… ¡Muasss!