Juegos con el bebé
El libro Todo un mundo de sensaciones propone un juego apto a partir de los seis meses de edad que consiste en esparcir harina de maíz en una bandeja para que el bebé toque una nueva textura y descubra nuevas sensaciones. Conviene realizarlo con esta harina porque no pasa nada si el bebé come un poco. La monitora de Baby Deli de Bilbao, Lara, sugirió en clase añadirle agua a la harina, con lo que se crea una nueva textura, que puede cambiar de color añadiendo colorantes alimentarios cuando el bebé ya es algo más mayor (alrededor de un año). Una tarde que no me apetecía bajar al parque, le preparé a Emma el juego. Terminó realmente sucia, y la trona, la mesa y el suelo de la cocina acabaron cubiertos por una fina capa de harina (un regalito para Mr Cocina, que desde la bronca del café no ha protestado más). Emma no ser rió a carcajadas, como lo suele hacer, sino que se tomó el experimento muy seriamente. ¡Ah! Cuando reciclé la harina y la mezclé con agua, escondí en el fondo del bol dos tapas de potitos, que tanto le gustan, a modo de tesoro escondido. Ya sé que es un pringue, pero merece la pena el esfuerzo cuando estás en casa sin saber qué hacer para entretener a la criatura, algo que, para qué engañarnos, a veces ocurre. Este juego también tiene otra versión: con gelatina, aunque en este caso no sé para qué edad es recomendable.
En las imágenes, Emma tocando la harina de maíz y con las tapas de los potitos en las manos.

Jajaja! Que humor Gessamí!!! Me parece una idea estupenda que no llevaré a cabo en mi cocina…aunque no descarto probarlo en el txoko de la casa del pueblo…jijiji
¡Pero qué morro tienes! Claro que yo no tuve que limpiar… ¡jeje! ¡Ánimo con los dientes! Mua!
Qué maja está Emma!!! JAJAJAJAAJ! Yo me la apunto! Por cierto, me pregunta mi marido que dónde has comprado el suelo ese de gomaespuma de colores, sabes cuál te digo??? Besos!
Ana. la alfombra la hemos heredado, pero he visto en Juguetos y Toy’s Rus puzles de gomaespuma a muy buen precio (10 euros) libres de no sé qué producto tóxico. El de Emma es de hace doce años y todavía es tóxico…
Pues yo, un día de esos de lluvia o perezón de paseo, voy a animarme a probar el juego. Igual después me arrepiento, pero bueno…
También tengo el libro que comentas pero no había leído esta actividad. A mí me parece que está genial y hay muchos juegos que ya hemos practicado. Lo más curioso es que hay actividades que te parece que van a encantar al enano y va Erik y ni se inmuta. Vamos, que más bien pone cara de «mi madre se ha vuelto loca», y otras, con tonterías más improvisadas se parte de la risa. Es guay.
Por cierto, Emma, saladísima con su pringue entre las manos.
De morro nada, que como bien has dicho, yo no tengo un Mr. Cocina!!
Yo también me lo apunto para alguna tarde de lluvia. La verdad es que el libro da buenas ideas.
¡Emma está graciocisima!!
Bueno, pero ella se lo pasa bien y está sanota sanota, verdad?? jejeje.
Muchas gracias Gessamí!!!!!
Jajajajaaaa!!! Qué campeona!! Sé por experiencia lo que cuesta limpiarlo después, pero por ver la carita de felicidad de Emma merece la pena!