Cuidado con la silla de paseo
Todos los vuelos de Air Berlin que salen de la península hacen escala en Mallorca durante el invierno. Afortunadamente, en el aeropuerto de Palma hay una zona dedicada a los más pequeños, con tela asfáltica, tobogán y caballitos. Allí nos reuníamos todas las familias con niños mientras esperábamos nuestro siguiente vuelo. Durante ese tiempo muerto no disponíamos del carrito, que en esta compañía viaja con el equipaje facturado, por lo que la mochila portabebés y los carros para las maletas eran una buena ayuda. Una vez en el avión, tanto al despegar como al aterrizar conviene dar el pecho o un biberón al bebé para que al succionar se abran los conductos auditivos y no se le tapen los oídos por el cambio de presión. ¿Y luego? Nosotros cruzamos los dedos para que Emma se durmiera en la teta, lo que ocurrió a la ida. ¿A la vuelta? ¡Fiestón! «Cojo la revista y me la como, me gusta la bolsa de papel para vomitar porque hacer un ruido interesante. Mamá, quiero gatear en el avión. ¡¡¡¡¡¡Buaaa!!!!! ¡¡¡¡¡He dicho que quiero gatear en el avión!!!!! Bueno, vale, pues estoy de pie. Tiro los cubos al suelo», hacía Emma. ¿Y yo? Me volvía loca recogiendo juguetes del suelo, botellas de agua (un gran entretenimiento donde los haya) y dándole de comer para que el tiempo pasara más deprisa. Muchas compañías ofrecen reservar el asiento con unas horas de antelación en su página web. Así lo hicimos a la vuelta y nos sentamos en primera fila, donde hay sitio de sobra para las piernas y para que la niña se quedara de pie investigando el entorno. También se agradece la solidaridad y el buen humor de los desconocidos. En Navidad, los aviones van llenos y el bebé comparte asiento con la madre. Por tanto, además de la madre y el padre, una tercera persona ocupa el asiento restante. Tuvimos suerte y nuestros compañeros de viaje se esforzaron en dedicarle unos minutos a Emma, siempre atenta a atenciones externas. No obstante, viajar con niños en avión cansa muchísimo. Los brazos se me cargaron de tanto auparla y hacer fuerza para evitar que se levantara de mi regazo. Pero la peor parte la vivimos al aterrizar en Alemania. La silla Quinny Zapp Xtra se pliega en dos partes. Las dos piezas que conectan el chasis con la hamaca se soltaron y el técnico del aeropuerto apareció con solo una. Mi cara era un poema mientras imaginaba diez días sin carrito y cargando los once quilos de la hermosa niña que tenemos. Mi marido se apresuró al día siguiente a contactar con una tienda de puericultura. Encargar esas piezas suponía una espera de una semana, por lo que el vendedor accedió a vendernos las piezas de la silla de exposición y esperar él los siete días de rigor para reponer las piezas de la silla de la tienda. Súper, súper simpático. Y todo por trece euros, que seguramente Air Berlin se hará la remolona en pagarnos. De todos modos, por mucho que me canse el avión, llevo peor los desplazamientos en coche, donde a Emma no le queda más remedio que ir atada en la silla de seguridad. Eso sí que es un infierno.
En la imagen, Emma y yo en el aeropuerto de Bilbao antes de facturar el equipaje. Con Air Berlin ya puedes facturar on line, lo que a la vuelta nos ahorró una larguísima cola.

Gessami,
He encontrado tu blog hace unos dias y como me encanta!
Me encanta como escribes, tus consejos y tu dedicacion a ayudar a las que somos primerizas.
Estoy embarazada, de 23 semanas y hay tantas cosas que no se!
Ademas vivo en Australia (a lo mejor me has visto en Españoles en el Mundo?).
Leer tu blog me esta relajando tantisimo, y no se como darte las gracias.
Muchos saludos y abrazos de una lectora adicta!
Silvia
¡Bienvenida, Silvia! Cómo me gustan estos comentarios, ¡qué subidón de ego! Muchísimas gracias por tus palabras y, sobre todo, ¡¡¡enhorabuena por tu embarazo!!! Ya me he pasado por tu blog (muy interesante) y te he puesto cara. El día que pueda, miraré en Españoles en el Mundo Australia para ponerte voz, ¡¡jeje!! Me encanta ese programa. No dudes en dejar tus comentarios en madreprimeriza y espero que estemos en contacto. Me gustaría retomar el hábito de publicar fotos los viernes de nuestras lectoras con sus bebés y la historia de tu parte. ¿Te atreverás? ¡Seguro que sí! ¡¡¡Feliz embarazo y un besazo enorme!!!
Nosotros fuimos también a Mallorca, en octubre, cuando Martina tenía 5 meses… y fue la primera vez en años que tuvimos retrasos tan largos, dos horas tanto a la ida como a la vuelta.. a la ida lo llevamos todos con paciencia, pero a la vuelta el vuelo se retrasó de las 7 de la tarde a las 9 de la noche… para cuando Martina subió al avión, iba ya pasada de todo, menudo viaje de vuelta… y eso que tanto a la ida como a la vuelta, la gente de los asientos traseros se dedicó a hacerle todo tipo de monerías… de repente la veías sonreir a todo trapo y pensabas «¿qué mira?», y era que estaba intercambiando sonrisas con los de atrás… agradecí especialmente a la mujer que la entretuvo en el viaje de vuelta, y cuando se lo dije ella me contestó que Martina también le había ayudado a ella a hacer el viaje más soportable… qué encanto…
A nosotros tanto a la ida como a la vuelta nos tocó llevarla encima, con un cinturón que se acoplaba al mío… y nos perdieron un gancho del carrito de esos de los que cuelgas bolsas (aunque yo creo que lo afanaron), nada comparado con perderte el chasis, no me extraña que te diera un mal al verlo, Gessamí
De todas maneras, y aunque con un niño cualquier contratiempo se hace más dificultoso, yo me quedé con ganas de repetir… Javi no sé si tanto, jeje….
Disfruta de tu embarazo, Silvia!
Nuestro vuelo a Tenerife en Noviembre con 7 meses estuvo bien, a la ida las azafatas fueron encantadoras, nos dieron almohada, mantita, todo el rato pasando y diciendole cosas y Markel encantado, de hecho se hizo colega de todo el pasaje, porque cuando entraban les saludaba. Tanto en el despegue como en el aterrizaje me encargué de que estuviera mamando o bien teta, o bibe o con el chupe y no tuvimos problemas de dolor de oidos. Se durmió un rato y entre darle la merienda, etc. se pasó rápido. La vuelta fue peor, él se portó de maravilla, como de costumbre, pero lo mismo que dices, acabé con los brazos derrotados! además como estabamos en sur, tuvimos que ir en bus hasta el aeropuerto (norte) y ya llevaba 1 hora extra de brazos (en la que se durmió). La sillita bien, nosotros llevamos la mclaren, como es solo una pieza, no problem. En marzo nos vamos a manchester y londres, a ver que tal, me imagino que para esas fechas ya gateará o se querrá poner de pies, y pesará más…!
Veo que Martí no es el único que lleva fatal ir en coche!!! Todo el mundo dice que es un somnífero para los bebés pero Martí va llorando toooodo el trayecto. El avión lo lleva mejor, por que va en brazos o al pecho, sus dos sitios preferidos! Acabas cansada por que no para de moverse pero al menos puedes entretenerle, en el coche no puedes hacer nada!
Qué rabia lo de la silla, Gessamí! Nosotros fuimos con Álvaro a El Hierro y la verdad es que es incómodo, pero el niño estuvo sobado todo el rato….
Nuestro «sueño» es ir con él a Nueva Zelanda a ver a unos amigos, pero es que el viaje es taaaaan largo. Y eso que nuestros amigos nos insisten en que en vuelos tan largos a los bebés les dan hasta cuna!!! Ya iremos viendo…..
Ayer mismo llegamos ayer de Puerto Rico. Cuando Ian tenía tres meses nos fuimos a EEUU y en nuestra estancia allí hicimos un viaje a NY. En los viajes largos te dan una cuna para el bebe hasta los 8 meses, y cuando es más mayor,solo si sobra alguna. En Iberia tambi’en te dan un neceser con toallitas, pañales y colonia de bebe. La cuna es pequeña, a Ian que ya tiene 10 meses le queda justita, tipo ataud. Lo bueno es que los viajes desde América se hacen a última hora de la tarde, así que esta vez ian durmió las 7 horas que duró el viaje!!!!! A la ida (por el día) hizo una siesta de 1 horita. El resto del tiempo lo pasó jugando. Paul y yo hicimos turnos para «encargarnos» de él y para comer. La verdad es que es agotador, pero merece la pena.Yo recomiendo llevar algunos juguetes, cuentos, para que se entretenga y la mochila, para dar paseos con el bebé por el pasillo. Gessamí, que mala pata con lo de la silla. Para viajar en avión supongo que son más cómodas las que se pliegan en una sola pieza. Nosotros vamos con nuestro bugaboo bee y no hemos tenido problemas.
Por cierto Ana, qué bien suena lo de Nueva Zelanda. ¿ Sabes que hasta los dos años el bebe no paga el billete? Te lo digo porque de dos a tres billetes, en viajes tan largos la diferencia es importante…
¡No tenía ni idea de lo de la cuna! Qué suerte la vuelta, ¡siete horas durmiendo! La verdad es que, como bien dices, de dos a tres billetes se nota la diferencia. Ana, como dice Amaia, lo de Nueva Zelanda suena ¡fenomenal!
Escoger la mejor silla ligera
[…] de un año. ¿Alguna sugerencia? Yo no puedo ayudarla, ya que nosotras nos movemos con la Quinny Zapp Xtra, que es un desastre para los aviones. Ella tiene un Bugaboo Camaelon con el que está encantada […]